Es uno de los grandes males de nuestro tiempo, y lo peor de todo es que en la mayoría de las ocasiones se normaliza detrás de una temporada de estrés o de preocupaciones, sin entender que el problema puede llegar a ser mucho más grave de lo que imaginábamos. La ansiedad se produce cuando una persona colapsa al verse sobrepasada por la situación que le ha tocado vivir, y puede ser algo puntual y normal, o puede extenderse a lo largo de un gran periodo, como meses o incluso años. No se trata de ser más sensibles o estar de los nervios siempre, sino de sufrir un problema de estabilidad mental que es complicado de resolver.
¿Cómo distinguir entre el simple estrés de un momento puntual y la verdadera ansiedad? Pues lo cierto es que hay fórmulas que nos pueden ayudar a discernir entre una y otra, y esto es algo imprescindible a la hora de entender mucho mejor este problema. La ansiedad no consiste solo en pasar un mal rato o hiperventilar, ya que esos pueden ser los casos más extremos. Hay síntomas igual de importantes que deberíamos tener en cuenta, como por ejemplo, los cambios de humor, la necesidad de comer mucho o el simple hecho de estar todo el tiempo preocupados. Eso puede llegar a generar un peligroso estado de ansiedad.
Por qué padecemos ansiedad
Las razones que nos hacen sufrir este mal son casi infinitas y cada cual tendrá las suyas, pero lo cierto es que hay algo en común, y es que en los últimos tiempos son muchos más los afectados por este tipo de males. Eso es por la presión de la sociedad y del trabajo, la familia y los amigos sobre nosotros, sobre cualquiera en general, para que llevemos una vida lo más “completa” posible. Es decir, no basta solo con tener trabajo sino que además debe ser el perfecto, como la pareja, como el grupo de amigos, como todo lo demás. Esa expectativa inalcanzable hace que en muchos casos la ansiedad haga aparición, al no poder cumplir con lo que deseamos o con lo que otros nos imponen.
Consejos para combatir la ansiedad
Siempre se suele decir que lo mejor para no caer en la ansiedad es tranquilizarse, aunque esto en realidad es una absoluta tontería porque nos hace pensar que la culpa de nuestro propio mal es nuestra, cuando en la gran mayoría de casos es algo que no podemos evitar, y mucho menos con “consejos” tan banales como ese. Es cierto que debemos tomar conciencia de nuestra situación y de nuestro problema y así será mucho más fácil encontrar soluciones al mismo, pero hemos de entender primero que estas no serán tan sencillas.
Podemos, por ejemplo, probar con la meditación, que es algo que a muchos les sirve para que la ansiedad se supere. También buscaremos un hobby que nos permita disfrutar en paz y poner la mente en blanco, o también sacar toda la adrenalina que llevamos dentro, que es otra buena opción para dejar a un lado el estrés. La música, el deporte… cualquier cosa sirve para que la ansiedad no nos venza. Si el problema viene, por ejemplo, a la hora de enfrentarnos a la toma de decisiones o de situaciones difíciles, tal vez tengamos que acudir a un especialista, algo que no es ni mucho menos vergonzoso sino todo lo contrario, es un paso que debemos dar para encontrar una estabilidad emocional y psicológica que nos permita llevar una vida normal.
Cuando acudir a un profesional
Si la situación se nos está yendo de las manos y está empezando a afectarnos realmente en nuestra vida diaria, tal vez sea el momento de buscar una alternativa profesional que nos permita quitarnos de encima todo esa ansiedad que podemos tener. La ayuda profesional nos permitirá conocer mucho mejor el origen del problema y solventarlo, porque en muchos casos la ansiedad no es la causa, sino el síntoma de algo peor. Tal vez hayamos vivido una situación muy estresante y tengamos Síndrome de Estrés Postraumático, que es algo muy común en aquellos que han tenido que enfrentarse a situaciones duras y que crea una ansiedad bastante importante.
Sí, yo también he padecido ansiedad
Es complicado hablar de estos temas porque parece que todavía se estigmatiza demasiado todo lo que tiene que ver con la ansiedad y la estabilidad emocional, cuando en realidad es algo que casi todo el mundo ha sufrido en mayor o menor medida. Y sí, los hombres también la sufren, pero no lo cuentan porque eso puede ser tomado como un signo de debilidad por la propia sociedad, algo estúpido por otra parte, porque al final cualquiera puede sufrir este tipo de trastornos y problemas y la realidad de cada cual es la suya propia, sin tener que compararse con la de los demás ni pensar si está mejor o peor. Mi consejo es que te olvides de los tabúes y expliques en tu entorno lo que te ocurre para que puedas solucionarlo de la mejor manera posible.