El ajetreo diario que solemos llevar en nuestra vida no suele ser para nada positivo cuando nos paramos a pensar en cómo nos afecta a nuestras rutinas, a nuestra propia salud mental y física. Estrés en el trabajo, en casa, ir siempre de un lado a otro corriendo, tener que cargar con todas esas responsabilidades, con lo que está por llegar… Es una situación compleja que muchas veces provoca sentimientos de frustración, temor y ansiedad en aquellas personas que simplemente quieren salir adelante, pero que se ven superadas por esos problemas. Somos cada vez más competitivos, nos centramos en el trabajo, en tratar de satisfacer las expectativas sociales, laborales, amorosas y familiares de los que nos rodean, y en muchas ocasiones nos olvidamos de pensar en nosotros mismos, de cuidarnos para evitar que todo eso acabe con nuestra propia cordura, que nos veamos abocados a sufrir durante todo ese tiempo la presión, la frustración…
Hay fórmulas para evitar que esto ocurra, porque gracias a nuestra propia fortaleza mental podemos protegernos de esos pensamientos nocivos, que en muchos casos son los que acaban por complicarlo todo mucho más. Hay métodos, como el mindfulness, que están pensados precisamente para conseguir ese objetivo, el de liberarnos de las preocupaciones futuras y pasadas, el de alejar de nuestra mente los pensamientos nocivos que solo sirven para hacernos sentir angustia y desesperación. El mindfulness nos ayudará a encontrar nuestro sitio en el aquí y ahora, a entender cómo fluyen nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y emociones, sin dejar que nos afecten negativamente. Se trata de buscar un remanso de paz entre toda esa tormenta que estamos viviendo, una situación que nos hará afrontar mucho mejor todo lo que está por venir. Si no conoces este método, aquí te vamos a hablar un poco sobre lo que significa el mindfulness, y te vamos a dar las claves para que comiences a practicarlo en casa, por tu cuenta, para que compruebes sus resultados por ti mismo.
Qué es Mindfulnes
Simplificándolo bastante, el mindfulness es una versión pragmática, aconfesional y estandarizada de la meditación tradicional, una versión que no tiene que ver, al menos a estas alturas, con la religión o los preceptos que dieron lugar a los principios de la meditación, hace ya siglos. A través mindfulness buscamos ser más conscientes de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, sin juzgarlos, simplemente entendiendo nuestro flujo de consciencia, y tratando de concentrarnos en el aquí y ahora para alejar todos esos sentimientos y emociones nocivas que en muchas ocasiones nos desestabilizan mentalmente. El mindfulness tiene que ver con un pensamiento global, una filosofía de vida que nos ayuda a entender la importancia del presente, del aquí y el ahora, para ser más conscientes de nosotros mismos.
Mindfulness por la mañana
Aunque como hemos visto, el mindfulness va mucho más allá de la simple práctica de algunos ejercicios de meditación, lo cierto es que son estos ejercicios los que dan comienzo a todo, los que nos ayudan a entender esta filosofía, a ponerla en práctica y a notar desde el primer momento sus ventajas y beneficios. Lo mejor es que podemos practicar este tipo de ejercicios prácticamente en cualquier lugar y momento, ya que se basan en la meditación, y pueden llevarse a cabo en sesiones cortas, de apenas diez minutos, o mucho más largas, cuando ya nos hayamos acostumbrados a ellos. Un buen ejemplo es realizar un poco de meditación por la mañana, nada más empezar el día, para despejar nuestra mente de esos pensamientos que nos agobian al despertar.
Lo natural es que cuando nos despertemos estemos todavía con algo de sueño y pensemos en todo lo que tenemos que hacer a lo largo del día, algo que suma mucho agobio mental cuando todavía no estamos preparados para todo ese aluvión de presión. Por eso conviene sentarnos diez minutos a meditar justo antes de desayunar, para dejar la mente totalmente en blanco, concentrándonos simplemente en una palabra o en un mantra, y así permitirnos disfrutar de un rato de tranquilidad y sosiego antes de empezar con todo el trajín del día. Un buen consejo es intentar no coger el teléfono hasta llegar al trabajo, por ejemplo, para que no nos afecte tampoco todo lo que nos llega a través de él.
Mindfulness a mediodía
Al poder llevarlo a cabo en sesiones cortas y rápidas, el minfulness se puede practicar a lo largo de todo el día, incluso en varias sesiones, si estamos teniendo un día especialmente duro en el que necesitamos desconectar. Tal vez hayamos terminado de trabajar, o estemos en el descanso para la comida, y podamos escaparnos unos minutos para relajarnos y meditar un poco, liberando nuestra mente de esas preocupaciones laborales por unos minutos, permitiéndonos descansar de todo ese barullo para recargar las pilas y reponer fuerzas de cara a la segunda parte del día. No hace falta que la meditación se lleve a cabo sentados o parados, podemos estar caminando un rato por un parque, dejándonos llevar, sintiendo mentalmente todo lo que nos rodea pero sin dejar que nos estimule demasiado, solo desconectando.
Mindfulness por la noche
La meditación nocturna supone también una de las mejores soluciones para irnos a dormir totalmente relajados y con la mente despejada, buscando esa situación ideal para descansar plácidamente. El mindfulness nos permite vaciar la mente de las preocupaciones del día a día, dejar de pensar por un rato en todo lo que nos ha ocurrido (así, en pasado) y liberarnos también del agobio de lo que vamos a tener que llevar a cabo al día siguiente (en el futuro) para concentrarnos en lo que sentimos ahora, sin juzgarnos, sin tratar de cambiarlo, solo dejándolo fluir. Es una manera muy buena de conocernos mejor, de aceptarnos y de llegar a ese punto de resilencia ideal en el que nos adaptamos a los cambios con mucha mejor actitud.
Dormir bien es una de las necesidades básicas de cualquier ser humano, pero por desgracia pocos se lo toman realmente en serio, ya sea por falta de tiempo o precisamente, porque el agobio del día a día les impide dormir correctamente y descansar como es debido. Al día siguiente deben atiborrarse a café para poder estar medianamente activos durante la mañana, y eso se convierte en una pescadilla que se muerde la cola. A través del mindfulness podemos evitar este círculo vicioso, mejorando nuestra estabilidad mental y emocional con los ejercicios ya nombrados, utilizando la meditación como una forma natural de despejar nuestra mente de problemas y preocupaciones.